Las uñas del gato les sirven para protegerse, pero además tienen distintas funciones que forman parte de la naturaleza del gato y debemos conocer. Deben poder rascarlas, pero también ha de ser en los sitios adecuados para evitar conflictos. Te contamos cómo.

¿Para qué sirve el rascado de las uñas en el gato?

Los gatos se rascan las uñas por 3 motivos muy importantes:

  • Mantenimiento de las uñas: ellos mismos se afilan las uñas y hacen que se desprendan los trozos de la corteza antigua de la uña.
  • Marcaje: entre los dedos secretan las denominadas feromonas interdigitales, que les sirve para marcar y delimitar así su territorio.
  • Estiramiento: en el momento del rascado realizan un estiramiento muscular muy importante que les sirve para mantenerse en forma.

¿Cuándo se rascan las uñas los gatos?

Cuando nos despertamos una de las primeras cosas que hacemos es estirarnos, nos lo pide el cuerpo después de haber permanecido estáticos tanto tiempo. Los gato adultos duermen una media de 15 horas repartidas a lo largo del día, por lo que se estiran muchas veces.

¿Dónde debemos colocar el rascador?

Este debe situarse próximo a las zonas de descanso precisamente. De esta manera, podrán realizar el rascado y su consiguiente estiramiento al despertarse de sus innumerables siestas.

¿Cómo elegir un buen rascador?

A la hora de elegir un rascador para nuestro gato, la característica más importante que debe cumplir es que sea estable. Pensemos por un momento, ¿dónde se rasca las uñas un gato en la naturaleza? En un árbol, ¿verdad? Pues el rascador lo debe imitar en la medida de lo posible.

Sin embargo, al estirarse en vertical mueven una serie de músculos y en horizontal otros, por lo que lo ideal es combinar rascadores en ambas posiciones. Los materiales también pueden variar, pero deben ser siempre a gusto del gato, como: esparto, cáñamo, cartón, felpa… Una forma de hacerlos atractivos al principio es utilizar hierbas que le resulten estimulantes como catnip, silvervine o valeriana.

¿Le debemos cortar las uñas?

Realmente no es necesario, pero en algunas circunstancias es conviene hacerlo. Por ejemplo: en casas con más animales, niños o personas mayores, puede ser beneficioso para evitar conflictos; en gatos con problemas de alergia que causen picor o en gatos mayores que presentan cierto grado de osteoartrosis y no pueden mantenerlas correctamente.

A la hora de cortarlas es muy importante que tengamos en cuenta la anatomía de la uña del gato, ya que está unida a la falange mediante la cresta ungueal. La uña presenta tres partes: la úngula o apófisis ungueal, que es la zona de color rosa por donde circulan pequeños vasos sanguíneos, por lo que si llegamos a esta puede sangrar; la zona intermedia de color blanco, que tiene cierto grado de sensibilidad pero menor que la anterior y la corteza externa, que es transparente. El corte se debe realizar en la corteza externa y es preferible cortar poco y más frecuentemente a pasarnos y hacerle daño al gato.

En el siguiente enlace tienes un tutorial sobre cómo hacerlo correctamente:  https://www.instagram.com/tv/CKwVyijI3tI/?utm_medium=copy_link

Para que el corte de uñas resulte sencillo podemos acostumbrar a nuestro gato a este poco a poco, realizando siempre un refuerzo positivo con chuches que le gusten para que relacione ambas cosas.

Como ves, no es muy difícil que nuestro gato pueda rascarse las uñas adecuadamente. Se trata de conocer su naturaleza y respetarla para que así goce de un mayor bienestar en su hogar.