Todos hemos oído hablar alguna vez sobre la hidroterapia. Quizá alguna persona cercana a nosotros ha recibido un tratamiento de este tipo para curarse de un traumatismo, reumatismo, problema digestivo, respiratorio o neurológico. Pues bien, si esto es posible en personas, ¿por qué no debería serlo en animales?
Y es que la hidroterapia se basa en la utilización terapéutica del agua por sus propiedades físicas. Dentro de ella, podemos encontrar la hidrocinesiterapia, la cual es cada vez de mayor interés en medicina veterinaria. Esta última consiste en la ejecución de ejercicios en un medio acuático, con parte o la totalidad del cuerpo sumergido en el mismo a través de un tanque o piscina. Para ello, podemos emplear la propia piscina como medio para realizar los ejercicios o utilizar una cinta andadora subacuática sobre la que el animal ha de caminar a distintas velocidades bajo diferentes niveles de agua.
Los beneficios que puede aportar esta técnica son múltiples, entre los que destacan: produce una mayor flexión de las extremidades respecto a la cinta andadora en seco, genera estimulación del aparato locomotor, ayuda a reducir el sobrepeso en animales obesos, permite una mejora gradual de la función articular en casos de osteoartrosis en animales geriátricos y refuerza el sistema cardiorespiratorio del animal, beneficiando su capacidad metabólica.
Pero, ¿es posible en gatos? Pues sí, en la Clínica Veterinaria Calzada realizan este tipo de terapia para conseguir los mejores resultados. Y, por supuesto, algunos de sus pacientes son mininos.
Un ejemplo de ello es Arise, una gata que sufrió un traumatismo grave de espina dorsal debido a una caída. Si queréis verlo solo tenéis que pinchar en el siguiente enlace: http://youtu.be/Gz7g7RQcw