¿Sabías que los gatos no ven tan bien como se piensa? ¿Y que incluso son un poco miopes? No te pierdas los misterios que esconde la mirada felina.
Los gatos son depredadores y, como tal, presentan una visión especial. Sus ojos se encuentran en posición frontal, lo que les dota de una visión binocular de unos 130º, frente a los 83º del perro. De esta manera, presentan un campo visual de 287º, mientras que no es más que de 180º en el hombre.
Sin embargo, aunque tienen una relativa miopía (de hasta 2 y 3 dioptrías en cada ojo), presentan una elevadísima sensibilidad a los movimientos. Esto último es debido a que en su retina poseen mayor cantidad de bastones (células especializadas en el movimiento) que de conos (celulas especializadas en el color).
En cuanto a los colores en los que ve el gato, los especialistas apuntan a que se trata solo del verde, el marrón y el gris, aunque parte del espectro verde puede resultarles indistinguible del blanco. Por ello, podemos afirmar que su visión es prácticamente dicromática.
Como curiosidad, señalar que, a pesar de que en teoría no pueden distinguir el rojo, ciertos estudios han revelado que algunos gatos se muestran muy sensibles a dicho color. Parece ser que, en presencia de un objeto rojo, el gato se muestra nervioso o incluso agresivo y que juegan con más intensidad y durante más tiempo con juguetes de este color que con los de otro.
Finalmente, cabe destacar la existencia de una estructura en el fondo de ojo del gato denominada «tapetum lucidum», la cual se encarga de reflejar los rayos luminosos, mejorando la visión en condiciones de escasa luminosidad. Debido a esto los ojos de los gatos brillan en la oscuridad.