El rascador es un elemento que debe encontrarse en todo hogar en el que viva un gato, ya que permite la realización de la conducta natural de rascado.

Este comportamiento tiene algunas funciones biológicas como son:

  • Afilarse las uñas.
  • Estirarse y tonificar la musculatura.
  • Deposición de feromonas de las glándulas interdigitales, con el consiguiente marcaje olfativo.
  • Marcaje visual del objeto rascado.

Las dos últimas forman parte de la comunicación propia del gato y constituyen una forma de marcaje. Los objetos que prefieren marcar suelen estar cerca de los lugares de descanso en las zonas centrales de la casa. Debido a ello, la colocación del rascador ha de realizarse siempre teniendo esto en cuenta y no solo donde nos venga bien a nosotros. Asimismo, el rascador ha de tener una base estable y un tamaño acorde al gato, ya que si se mueve o es demasiado pequeño no lo utilizará por miedo o incomodidad.

En cuanto al tipo de rascador, existen múltiples modelos para  todo tipo de presupuestos en el mercado y elegir el adecuado dependerá de las preferencias que tenga nuestro gato. Lo ideal es combinar uno vertical y otro horizontal, ya que el estiramiento que realizan con cada uno es diferente; así como diferentes materiales como esparto y cartón. Además, para hacerlo atractivo podemos colocar sobre él hierbas como catnip o valeriana.