Las listas de ingredientes se han convertido involuntariamente en un reclamo a la hora de valorar un alimento y dentro de estas, los cereales son objeto de atención y controversia. Es muy común el alegato de que los gatos son “carnívoros estrictos” y que, por ello, no pueden comer cereales ni ningún alimento vegetal. A continuación explicamos qué aportan los cereales en el pienso y esclarecemos algunas de las confusiones más habituales.

¿Por qué hay cereales en los alimentos comerciales?

El extrusionado es el proceso por el cual los ingredientes del pienso se calientan, comprimen y homogenizan para generar las famosas “croquetas”. Este proceso es también utilizado para alimentos de consumo humano como la pasta. Para que puedan homogeneizarse adecuadamente requieren un porcentaje mínimo de hidratos de carbono, el cual está en torno al 20%, pero hay productos que pueden tener este proceso incluso con un 5%. Los cereales contienen proteínas, ácidos grasos y carbohidratos, siendo estos últimos el nutriente más abundante.

Los piensos sin cereales o Grain-Free no se escapan a esta condición. Tienen hidratos de carbono y en las mismas proporciones que los alimentos con cereales, pero las fuentes son distintas. Son muy recurrentes la patata, la lenteja y el guisante como ingredientes de estos alimentos.

¿Los gatos pueden digerir cereales?

Siempre se habla de los gatos como carnívoros estrictos. Esto no quiere decir que no digieran los alimentos vegetales. Si están cocidos, los gatos pueden digerir el almidón de estos. En un estudio se probó la digestibilidad de varias dietas con un 35% de almidón de diversos ingredientes vegetales (aproximadamente lo mismo que un pienso comercial) y se demostró que los gatos digerían más del 90% de este. En cuanto a los cereales que se probaron, el arroz tuvo la digestibilidad más alta con un 98,6%. Por otro lado, los ingredientes más utilizados en las dietas Grain-Free presentaron digestibilidades más bajas que el arroz (96,3% en el guisante y 95,2% en la lenteja).

¿Los cereales causan alergias?

Es un argumento muy recurrente en contra de los cereales, pero la realidad es tremendamente distinta. Las alergias alimentarias en gatos se dan en menos del 1% de la población. Dentro de los alérgenos el trigo y el maíz son los cereales que más alergias provocan con un 4% cada uno (mientras que el vacuno genera un 18% del total y el pescado un 17%). Es decir, la probabilidad de que un gato sea alérgico a alguno de estos cereales es del 0,04%, solo un gato de cada 2.500.

¿Pueden provocar diabetes los cereales?

Por extrapolación de nutrición humana se tiende a asumir que los cereales pueden provocar diabetes a los gatos. Realmente este problema no procede del ingrediente (los cereales) sino del nutriente (los hidratos de carbono). Como ya hemos mencionado, las dietas sin cereales tienen hidratos de carbono en proporciones similares a las dietas convencionales, por lo que este riesgo teórico de diabetes sería tanto en dietas con cereales como Grain-Free.

No obstante, esta relación entre los hidratos de carbono y la diabetes en gatos no ha sido demostrado por más que se ha buscado. La presentación más habitual de diabetes en gatos es la diabetes tipo II, que se desarrolla a lo largo de la vida del animal. El principal factor de riesgo es la obesidad, la cual está provocada por una ingesta excesiva de calorías (ya procedan de proteína, grasa o hidratos de carbono). El nutriente con más kilocalorías por gramo es la grasa, que duplica la cantidad de energía de los carbohidratos y las proteínas. Altas cantidades de grasa en la dieta sí se han relacionado con obesidad en gatos. Aportar hidratos de carbono en vez de grasa como fuente de energía reduce la densidad calórica del alimento, por lo que no solo no provocan obesidad, sino que pueden contribuir a su prevención reduciendo así el riesgo de diabetes.

¿Y las dietas sin cereales?

Las dietas Grain-Free han logrado su hueco en el mercado en los últimos años. Los alegatos que defienden este tipo de alimentación van desde las alergias a los cereales hasta la incapacidad para digerirlos (ambos ya han sido desmentidos anteriormente).

Este tipo de alimentación se ha abierto paso en el mercado sin tener evidencia científica que avale su eficacia o su mera existencia. El problema más destacado que ha sucedido con estas dietas es el reporte de la FDA (Food and Drug Administration) que las relaciona con la posible aparición de cardiomiopatía dilatada en perros y gatos. Esta patología además remite cuando se vuelve a una dieta convencional.

Las dietas Grain-Free carecen de indicaciones específicas y su existencia responde únicamente a la necesidad comercial de diferenciación en un mercado con una oferta creciente.