Otodectes cynotis

Los ácaros, esos seres diminutos que pueden vivir en el oído de tu gato si no realizas una correcta prevención. ¿Quieres saber cómo? Sigue leyendo.

La otoacariosis es el conjunto de procesos que afectan al oído externo e incluso, oído medio. Son producidos por ácaros, concretamente por la especie Otodectes cynotis, causante de la sarna otodéctica, que afecta sobre todo a gatos jóvenes.

Todo el ciclo biológico transcurre en el hospedador, es decir, en el gato. Es probable que la transferencia de un animal a otro ocurra a través del contacto cercano, ya que este parásito se alimenta en la superficie de la piel.

El cuadro clínico se basa en irritación intensa y otitis ceruminosa, con formación de abundantes costras y exudado de color marrón-negruzco. Si se produce infección por bacterias puede dar lugar a otitis purulenta. Los ácaros del oído son habitantes de la superficie y pueden ser vistos como pequeños puntos blancos móviles en contraste con el fondo marrón.

Los síntomas más llamativos son la sacudida violenta de la cabeza y el rascado de las orejas. A causa del prurito los animales pueden autolesionarse, ocasionando otohematomas, eritemas, dermatitis húmedas agudas, etc. Se pueden producir incluso, infecciones secundarias, y a causa de esto, pus, costras, escamas y alopecias. En casos extremos puede verse afectado el tímpano y la consecuente rotura de su membrana puede desembocar en sordera, tras la cual, la infestación puede extenderse al oído interno, alcanzar las meninges e incluso el cerebro.

Existen una gran cantidad de preparados acaricidas que se comercializan con dosificadores para gotear en el conducto auditivo. La mayoría de ellos incluyen, además del acaricida, antibióticos, fungicidas, corticoesteroides y analgésicos de uso local.

A pesar de las consecuencias que pueda tener esta patología, es de fácil solución, pues con el tratamiento adecuado el animal vuelve a la normalidad en cuestión de unos pocos días.