Un cambio de alimentación en gatos debe hacerse siempre con cuidado, ya que corremos el riesgo de que rechacen la nueva dieta. Para tener éxito no hay más que seguir los consejos que detallamos a continuación.
En numerosas ocasiones nos podemos encontrar con la situación de tener que hacer un cambio de alimentación a nuestro gato. Ya sea porque el veterinario ha prescrito una dieta específica, porque sus necesidades nutricionales han cambiado o simplemente porque queremos probar una comida nueva.
Muchos gatos presentan neofobia alimentaria, es decir, rechazo a un alimento nuevo. Esto no es más que un rasgo del felino salvaje que llevan dentro, ya que lo que no conocen puede suponer un peligro. Para evitarlo, es posible educar el paladar de nuestros gatos cuando son pequeños dándoles comidas de diferentes texturas. Por ejemplo, podemos ofrecerles alimento húmedo en forma de paté, carne deshilachada, bocaditos con salsa o gelatina, etc.
Y bien, ¿cómo se debe introducir un alimento nuevo? Pues como todo en los gatos, ha de ser con paciencia y paulatinamente. Podemos comenzar mezclando ¼ del alimento nuevo con ¾ del que le dábamos anteriormente durante unos días. Después podemos combinar mitad y mitad para pasar a ¾ del nuevo y ¼ del habitual unos días más. Y, si finalmente lo ha tolerado, ya se le puede ofrecer únicamente la nueva dieta. La velocidad con la que vamos a hacer este cambio dependerá del tipo de alimento y, por supuesto, de nuestro minino.
Es muy importante que aceptemos que los tiempos los marca el gato y que no se le debe forzar. Si debe comer una dieta de prescripción es mejor consultar a nuestra veterinaria y probar con una marca diferente que le resulte más apetecible.