Quizá hayas oído hablar sobre las diferentes recomendaciones de vacunación de la rabia en función de la parte de España en la que se viva. Pero ¿acaso los virus entienden de fronteras? ¿Tiene sentido vacunar de rabia a los gatos que no salen de casa? Sigue leyendo y resuelve todas tus dudas sobre esta patología.
¿Qué produce la rabia?
La rabia es una enfermedad producida por el denominado virus de la rabia (RABV), perteneciente al género Lyssavirus. Dentro de este grupo encontramos hasta 16 especies de virus capaces de causar enfermedades similares a la rabia, aunque solo 4 de ellas se encuentran en Europa.
Cualquier animal de sangre caliente es vulnerable a la infección de rabia, pero solo los mamíferos pueden ser vectores, es decir que pueden transmitirla. Y de estos, algunos presentan mayor susceptibilidad, entre los que se encuentran los zorros, los murciélagos y los gatos. Es muy importante destacar que se trata de una zoonosis, lo que significa que puede transmitirse a las personas.
¿Cómo se transmite?
El virus de la rabia es transmitido por la saliva, principalmente a través de la mordedura de una animal infectado. El periodo de incubación en el gato puede variar entre las 2 semanas y varios meses. ¿Y de qué depende? Pues de la dosis de virus transmitido y la localización de la mordedura, ya que, cuanto mayor sea la distancia desde esta al sistema nervioso central, mayor tiempo pasará hasta la aparición de síntomas.
¿Cuándo debo sospechar de que un gato tiene rabia?
Si observamos un comportamiento agresivo de manera repentina en un gato que sale al exterior y no está vacunado deberemos activar la alarma de la rabia y hablar inmediatamente con un veterinario.
Esta enfermedad tiene diferentes formas de desarrollo, pero los síntomas más típicos son: picor en la zona de la herida, vocalizaciones, excitación exacerbada, intentar morder y parálisis que va ascendiendo desde la zona de inoculación hasta producir una insuficiencia respiratoria.
¿Tiene tratamiento? ¿Cómo se previene?
No existe ningún tratamiento efectivo, además del riesgo de salud pública tan importante que supondría. Por ello, la única forma de prevenir que un gato que sale al exterior se infecte (puesto que no podemos evitar que cace o le muerdan) es mediante la vacunación.
Pero… ¿hay rabia en España?
Podemos decir con mucho orgullo que gracias a los programas de vacunación llevados a cabo por los veterinarios en España se ha logrado erradicar la rabia terrestre (no transmitida por murciélagos). Sin embargo, su situación geográfica, tan cercana a África, la hace más vulnerable que otros países europeos.
A pesar de esto, en España no hay un plan de vacunación nacional, sino que difiere por Comunidades Autónomas. Además, en algunas incluso existe obligatoriedad de vacunación a todos los gatos, aunque estos no tengan posibilidad de salir de casa y, por tanto, de contagiarse. En nuestra opinión, esto debería ser una cuestión del criterio del veterinario y que este decidiera si existe riesgo o no de contagio, ya que el mantener al gato dentro de casa es una medida de prevención en sí misma y no es necesario hacerlo pasar por una vacunación.