En el set de cosas que decoran las casas en las que viven gatos encontrarás seguro: un par de platitos con comida y agua, ratoncitos, pelusas y piedrecitas por el suelo, un rascador usadísimo y, al menos, un arenero. Pero… suele ocurrir que en la lista falta algo que es imprescindible para el gato: zonas elevadas.
A los gatos les gusta descansar en alto, subirse a las mesas y alcanzar baldas de estanterías repletas de cositas. ¿Para tirarlas? ¡No, para ponerse ellos! Con este comportamiento nos están transmitiendo la necesidad de las alturas por 3 motivos: seguridad, control del territorio y aumento del espacio.
Cuando el gato se pone en alto reduce su nivel de ansiedad al sentirse en control de la situación. En las alturas es capaz de predecir lo que va a pasar, puede vigilar su entorno y gestionar su respuesta a los cambios de forma más calmada que en el suelo. Dicho esto, podrás imaginar que es una herramienta imprescindible en gatos asustadizos o en momentos de cambio como visitas, reformas, mudanzas o vacaciones.
Los gatos son animales territoriales, les gusta estar al mando, y para conseguirlo tienen que poder observar sus tierras y marcar sus posesiones. La mejor forma de vigilar mucho espacio de un solo vistazo es ganando altura, para que lo puedan cumplir habilitaremos alturas donde puedan mirar hacia el exterior, cerca de una ventana, y un espacio grande de su territorio donde pasemos mucho tiempo con ellos, por ejemplo, en el salón.
El otro punto imprescindible para mejorar la gestión del espacio es patrullar y marcar, los gatos acuden recurrentemente a los mismos lugares de la casa a restregar sus mejillas y rascar con sus uñas. Si combinamos el marcaje con las alturas ¿qué tenemos? ¡Un árbol rascador! No todos los árboles rascadores o castillos cumplen las dos funciones de forma efectiva, la mayoría son inestables y tienen postes cortos y finos, inadecuados para el marcaje con uñas, pero sí que pueden cumplir la función de sumar alturas a la casa.
La ultima función de las alturas en las casas con gatos es la de aumentar el espacio disponible para ellos, esto es especialmente importante en pisos pequeños. No importa cuántos metros cuadrados tenga la casa, cada altura que proporciones a tu gato es como una habitación extra. Esto mejorará nuestra relación con ellos y también entre los gatos convivientes.
Por tanto, si creamos un parque vertical en casa para nuestros gatos conseguiremos: que se sientan en control, que estén más tranquilos y se lleven mejor, que ganen agilidad y masa muscular. En definitiva, tendremos gatos más felices y sanos.
¿A qué esperas? ¡Planifica ya tu próximo parque vertical!
Alicia Gosálbez