Los felinos son considerados, posiblemente, de los animales más bellos y elegantes del planeta. Cada parte de su cuerpo, desde sus enigmáticos ojos hasta su cola, tiene una función importante tanto a nivel anatómico, como en su particular comunicación y lenguaje. Precisamente de su maravillosa cola, que muchas veces parece tener vida propia, trata este post donde te vamos a contar una serie de curiosidades sobre ella y así comprenderás mejor cuál es su función a nivel anatómico y social.

La cola de los felinos es una prolongación de su columna vertebral y está compuesta por las llamadas vértebras caudales o coccígeas. En el gato doméstico posee de 20 a 23 vértebras caudales mientras que en los grandes felinos el número de estas varia entre especies, no conociéndose en muchas el número exacto, ya que faltan estudios al respecto. La cola de un tigre, por ejemplo, mide alrededor de un metro, mientras que la de un guepardo mide en torno a unos 80 cm. Los pumas tienen colas algo más cortas y sí se conoce que tienen entre 15 y 16 vértebras caudales muy anchas y robustas.

Una de las características anatómicas del lince es su cola corta, siendo de unos 11-30 cm de largo solamente, lo que es muy poco comparado con otros grandes felinos. El Lince boreal (Lynx lynx) tiene alrededor de 11-25 cm de cola, mientras que el Lince ibérico (Lynx pardinus) tiene entre 12-30 cm.

La única raza de gato doméstico que no tiene cola es el Manx. Es una de las razas más antiguas que se conocen y existen diversas variedades dentro de esta: los Rumpies, que no tienen nada de cola; los Sstumbys de cola corta; los Risers, con un pequeño resto de cola y los Longy con cola larga; pero no llegando a la longitud normal de la cola de un gato.

Aunque el número de vértebras caudales en el gato doméstico sea similar en todas las razas, cada raza tienen su cola característica. En el British Shorthair es más robusta, gruesa y algo más corta, en comparación con una cola más larga y delgada en los gatos Orientales y Siameses, por ejemplo. Estas diferencias en la cola entre razas se basan en el grosor y la longitud de sus vértebras caudales.

La cola tiene una capa de pelaje característica según la raza. Por ejemplo en la capa Colourpoint, que es típica de la raza Siamés, siempre es marrón oscura, mientras que, por ejemplo, presenta anillos concentricos en muchos gatos de capa Tabby.

La principal función anatómica de la cola de los felinos es ayudarles a mantener la estabilidad y equilibrio que les caracteriza como especie, desplazando el centro de gravedad del felino en el sentido adecuado dependiendo del movimiento que está haciendo en ese momento. Asimismo, les ayuda a mantener dicho equilibro al saltar, al girarse en el aire, al trepar, actuando esta como un contrapeso desplazable a voluntad y muy flexible.

La cola tiene un función esencial en la comunicación del felino junto con los ojos y las orejas. Cumple una función muy importante en su lenguaje corporal y a la hora de descifrar su estado de ánimo. Todos hemos observado a nuestro gato mientras duerme y nos hemos dado cuenta que da golpecitos suaves con su cola, como si siguiese un ritmo musical especial. También hemos visto la cola de nuestros gatos totalmente encrespada como si fuese una cola de “ardilla”. Pero ¿sabemos exactamente qué nos quieren decir nuestros gatos con su cola?

  • Un movimiento rítmico y suave de la cola de un gato que está durmiendo significa que está relajado, pero está alerta a cosas que ocurren a su alrededor.
  • Sin embargo, un movimiento suave de la cola mientras un gato está profundamente dormido se debe a que está en una fase de sueño muy profunda llamada REM y puede ser que esté soñando.
  • Un gato que viene a recibirte con una cola recta hacia arriba con la punta en forma de gancho, significa que te está saludando de forma amigable y quiere demostrarte su afecto.
  • Un gato que tiene miedo puede tener la cola hacia abajo o escondida entre las patas traseras.
  • Una cola erizada o abombada, puede indicar agresividad si va acompañada con una espalda arqueada (los gatos erizan la cola en estas situaciones de miedo y agresividad para parecer más grande de cara al peligro), que se ha asustado de forma puntual o incluso que está en modo juego (los que tenemos varios gatos sabemos que muchas veces ponen ese tipo de cola cuando corren uno detrás del otro).
  • Un gato relajado lleva su cola en una posición neutral y baja cuando va andando. Si está concentrado en algo pero tranquilo realizan un movimiento lento, suave y pausado, como de balanceo. Suelen realizarlo en el momento previo a intentar cazar una presa, cuando están concentrados en ella.
  • Cuando un gato está muy excitado intentado cazar y jugar mantiene la cola baja y la mueve rápidamente de un lado a otro de forma suave.
  • Si la mueve muy rápido, de forma brusca e incluso da golpes secos con ella a modo de látigo es una señal de enfado.
  • Las gatas utilizan su cola como juguete con sus gatitos para socializarlos y mantenerlos activos estimulando sus movimientos, su curiosidad e instinto de caza.

Con todo lo que hemos desarrollado tenemos claro que la cola de los felinos, aunque preciosa, no es puramente ornamental, sino que es un elemento esencial en su belleza, movilidad y expresión.

Para finalizar, no podíamos dejar de incluir en este post  este precioso relato escrito por Henry David Thoreau e incluido en «El gran libro de los gatos»:

«Una gatita es tan flexible que casi son dos: su parte trasera e otra gatita con la que juega la parte delantera. No descubre que su cola es suya hasta que se la pisas. ¡Cuán elocuente puede ser con la cola, con sus repentinas hinchazones y vibraciones! La gata sube de un brinco a una silla y se eleva sobre las patas de atrás para mirar por la ventana: observa con atención objetos que están cerca o lejos, primero fijando la mirada aquí y luego allá, porque le gusta tanto mirar por la ventana como a cualquier fisgón. De vez en cuando vuelve hacia atrás las orejas para no perder detalle de cuanto pasa en la sala, mientras su elocuente cola va informando del avance y del éxito de su inspección con gestos que traicionan su interés en lo que ve.

¡Y cuán delicada puede ser la señal que arroje con la cola! Si estas sentado a la mesa quizá pase ella por debajo y con la punta de la cola roce apenas las piernas, como queriendo decir: “aquí estoy, ya me puedes dar mi plato de leche o de carne”, aunque puede que no se moleste en volverse hacia ti cuando reaparezca.»

 

Carmen Ródenas