La tos en los gatos es un signo clínico inespecífico que debemos tomar como señal de alarma. Un gato no debe toser y, si es el caso, hay que investigar las posibles causas. En este post hablamos sobre las diferentes causas de tos en gatos, desde una infección respiratoria debido a bacterias hasta la enfermedad bronquial felina.
Nuestro gato no debe toser incluso si solo lo hacen 2-3 veces al mes debería hacer saltar nuestras alarmas. Reconocer este signo puede ser complicado, es frecuente confundirlo con intentos de devolver bolas de pelo ya que realiza un esfuerzo abdominal para toser. Es fácil guiarnos por: “es como si fuese a vomitar una bola de pelo, pero nunca llega a hacerlo”. Normalmente en consulta, utilizamos vídeos para poder ayudar al propietario a reconocerlo valorando la posición que adopta el gato.
Hay muchas causas de tos en gatos: infecciones bacterianas, infecciones víricas, infecciones parasitarias (más común en gato outdoor), enfermedad bronquial felina y neoplasias. La enfermedad bronquial felina agrupa dos enfermedades muy conocidas como son: la bronquitis crónica y el asma bronquial.
Estas dos enfermedades en cuanto a sintomatología son prácticamente indistinguibles y deben realizarse métodos de diagnóstico avanzados para poder tener un diagnóstico final. Es sumamente importante alcanzar el diagnóstico definitivo ya que, el tratamiento es diferente y será la clave para conseguir una buena calidad de vida para nuestros gatos.
La bronquitis crónica consiste en una inflamación crónica de los bronquios que produce broncoconstricción. Este tipo de enfermedad no responde a broncodilatadores y necesita corticoides para su control. Estos corticoides pueden administrarse orales o en inhalador, decantándonos siempre que se pueda por la segunda opción, concediendo así una mayor concentración del fármaco a nivel pulmonar (su sitio de acción). Normalmente, durante los primeros días se solapan tanto el tratamiento oral como el inhalado, hasta que la concentración de corticoide a nivel pulmonar sea efectiva.
La bronquitis asmática es una reacción de hiperensibilidad mediada por el sistema inmune debido a la degranulación de los mastocitos. Esta reacción produce broncocontricción que sí responde a broncodilatadores y secreción de abundante moco. En estos casos, lo ideal será realizar pruebas de alergia para descartar la posible alergia ambiental.
Utilizamos el lavado broncoalveolar para el diagnóstico definitivo y valoramos el infiltrado de células que obtenemos:
- Bronquitis crónica: predominio neutrófilos y macrófagos.
- Bronquitis asmática: predominio eosinófilos.
Siempre que nuestro felino tosa debe llamar nuestra atención y debemos consultar con nuestro veterinario, solo así, podremos pillar a tiempo una enfermedad pulmonar y que esta no desarrolle cambios irreversibles que puedan comprometer la salud de nuestro gato. Aunque no salga de casa, esté bien vacunado y desparasitado, no está exento de poder desarrollar cierto tipo de enfermedades, pues transportamos organismos en nuestros zapatos y ropa. Algunos animales son más propensos a desarrollar alteraciones del sistema inmune que pueden mostrarse de diferentes formas, con múltiples síntomas y, sobre todo en gatos, que son unos auténticos maestros en el arte de ocultar lo que les sucede.
Fátima Reina